A sus 60 años, Aniceto Hinojosa, cumplirá uno de sus mayores sueños: tener una casa propia. Ya casi en el otoño de su existencia este padre de nueve hijos se pone triste porque no pudo darle un espacio al que llamen hogar a seis de sus descendientes, que hoy ya tienen sus propias familias. Sí podrá hacerlo a tres de sus retoños de 15, 7 y cinco años. Pero el camino para cumplir este sueño fue duro. Por años, este orfebre de profesión nunca reunió los requisitos para acceder a un crédito de vivienda. Cansado de peregrinar de banco en banco e incluso instancias estatales, él -con otro grupo de inquilinos -compraron un terreno y peso sobre peso financiaron la construcción de la Comunidad Urbana Ecológica Oinco I, una urbanización ubicada en la zona de Chacacollo, en Cochabamba.
El hombre está feliz porque el proyecto es la culminación de 14 años de gestión cuando él y otras personas decidieron conformar la Organización de Inquilinos de Cochabamba (Coinco), entidad que incluso tiene personería jurídica. Hoy la entidad logró incluso tejer lazos con otros departamentos, creando así la Organización de Inquilinos de Bolivia (Coinbol).
Esta historia es solo una muestra de que, pese a que en Bolivia se establecieron normas para acceder a un crédito de vivienda y reducir el déficit habitacional, y que incluso se constituyeron fondos de garantías, la situación no mejora para personas como Hinojosa que trabajan en el sector informal y reportan ingresos bajos.
A esto se suman los proyectos encarados por la Agencia Estatal de Vivienda (AEV) en ocho municipios del eje central que en un 70% se encuentra deshabitado. Se trata de casas en los municipios de Cotoca, Tolata, Vinto, Sacaba, Cercado, El Alto y Mecapaca. En estos distritos se construyeron 3.185 unidades habitacionales en los últimos cinco años, pero 2.221 están desocupadas y, en algunos casos, abandonadas.
Una encuesta hecha por Coinbol dice que el perfil de ingresos de un inquilino es de Bs 2.000 a Bs 2.500, en el caso de un varón, mientras que las mujeres reportan un salario de entre Bs 1.000 y Bs 1.500.
“Con ese salario no vamos a calificar nunca en la banca privada. A escala nacional, el 48% de las personas estamos en situación de inquilinato. Es decir, cuatro de 10 familias están con déficit habitacional”, sostiene Hinojosa que es el presidente de Coinbol.
Otro dato que cuestiona el dirigente es que una persona debe declarar ante un banco un ingreso mínimo de hasta Bs 6.000 para acceder al crédito de Vivienda de Interés Social. “Otro de los requisitos que te piden es que tengas aportes a las AFP, boletas de pago. Debes ser algún funcionario público, o tener un buen trabajo para poder calificar. Cosa que la gente sencilla, y trabajadora no puede y no califica en el sistema financiero de la banca privada”, asegura.
Ante las observaciones, desde la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) indicaron que los requisitos para los solicitantes de este tipo de créditos están en el marco establecido por las normas.
Es más, la entidad sostiene que las entidades dan cumplimiento a la normativa, estando entre las principales, demostrar ingresos y capacidad de pago.
El Crédito de Vivienda de Interés Social, se otorga en un plazo máximo de hasta 30 años, con tasas de interés fijas desde un 5,5% hasta un 6,5%.
“En las operaciones de vivienda de interés social, la garantía se constituye a través del propio bien inmueble a ser financiado. Al igual que en todas las operaciones crediticias, la capacidad de pago es analizada por la entidad en función a lo establecido por la normativa”, dijo Nelson Villalobos, secretario ejecutivo de Asoban.
La cartera del sistema bancario destinada a Vivienda de Interés Social, según la entidad, alcanzó a julio de 2022 a $us 4.215 millones, registrando un crecimiento del 5,5%, que, si bien es menor al registrado en 2019, es mayor al crecimiento observado en 2020 y 2021.
Mientras que la cartera de hipotecario -sin incluir vivienda social- alcanzó a $us 2.942 millones, con un crecimiento del 7,4% en los últimos 12 meses.
Villalobos dice que los datos demuestran “la relevancia de la cartera de vivienda social, cuyo crecimiento si bien ha tendido a reducirse, en un contexto en el que la cartera tiene un menor crecimiento, representa el 15% del total y sumando el resto de la cartera hipotecaria de vivienda alcanzó al 26% a julio de 2022”.
Capacidad de pago
Desde la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) indicaron que una persona con ingresos equivalentes al salario mínimo nacional, puede acceder a un Crédito de Vivienda de Interés Social.
“Pero va a depender de la actividad laboral que tenga, su estructura de gastos y su capacidad de pago neta, así como el monto que solicite, el destino del crédito, el plazo y otros aspectos relacionados con las características particulares de la operación”, señala la entidad.
Desde la ASFI indicaron que para el acceso a créditos de vivienda de interés social, las entidades financieras deben determinar la capacidad de pago, evaluando el nivel de ingresos del solicitante de dichos créditos, considerando todos los aspectos mencionados precedentemente.
“La normativa emitida por la ASFI, para la otorgación de créditos, es genérica y contempla directrices relativas para las etapas de solicitud, análisis y evaluación, así como de aprobación, por lo que son lineamientos para el acceso a créditos de vivienda de interés social”, dijo la entidad.
Hasta agosto, según la ASFI, los créditos de vivienda, en todo el sistema (incluyendo bancos y otras financieras) suman Bs 53.540 millones ($us 7.692 millones) y representan el 25,6% del total de los créditos del sistema financiero.
Dentro de los citados créditos, la cartera de vivienda de interés social concentra Bs 30.476 millones (56,9%). Asimismo, en la cartera total del sistema financiero, los créditos de vivienda de interés social representan el 14,6%.
Culpan a bancos
Ante esta situación, el director de AE Vivienda, Juan José Espejo, dijo que las políticas de entrega de vivienda implementadas durante el Gobierno del expresidente Evo Morales y las exigencias bancarias han impedido que los proyectos tengan el éxito esperado.
“(Los interesados) deben tener la suficiente liquidez para poder pagar estos créditos, entonces nosotros enviamos las carpetas, llevamos a la entidad que los postulantes vean conveniente y es ahí donde las entidades financieras ponen sus condiciones. Más allá no podemos interceder”, justificó.
El DEBER envió un cuestionario a este despacho consultando cuántas viviendas fueron adquiridas mediante un crédito del banco Unión, que pertenece al Estado.
Pero indicaron que son 698 viviendas otorgadas dentro del Programa de Comunidades Urbanas en diferentes entidades bancarias y que cada beneficiario escoge qué entidad bancaria utilizar. Además, indicaron que desde la creación de AEVivienda (septiembre de 2011 a la fecha), se benefició a 573.293 habitantes del país. Y durante la presidencia de Luis Arce Catacora se ha beneficiado a 50.670 habitantes.
No obstante, dentro de esta cifra de beneficiados no aparece Aniceto Hinojosa, ni sus compañeros que ante el fracaso de las políticas de vivienda han tenido que ideárselas para poder acceder a un espacio físico al que llamarán hogar.
Fuente: El Deber