Bolivia celebra este lunes el Día Nacional del Acullicu (masticado de la hoja de coca) y se fija el desafío de compartir con el mundo las cualidades alimenticias y medicinales ancestrales de la hoja sagrada, de manera similar a lo que ocurrió con la quinua que hoy es un alimento de talla mundial, dijo el vicepresidente del Estado, David Choquehuanca.
La Ley 864 del 12 de diciembre de 2016 declara Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado Plurinacional de Bolivia, al “Acullico”, como la masticación tradicional de la hoja de coca, que permite extraer el contenido de sus nutrientes. La norma es un homenaje a que en esa fecha, el año 2013, el país se adhirió a la “Convención Única de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961, emendada por el Protocolo de 1972”, con la reserva de permitir la masticación tradicional de la hoja de coca en todo el territorio nacional.
Al respecto, el Vicepresidente citó investigaciones que indican que 100 gramos de hoja de coca contienen importantes cantidades de calcio, hierro, fósforo, así como vitaminas A y B, cuyo consumo es mucho más eficiente si es que se mastican, tal como indica el legado de los ancestros.
Otra pesquisa mencionada por Choquehuanca se refiere a la investigación realizada respecto a la visita de 70 ciudadanos japoneses que estuvieron 50 días masticando solamente hojas de coca, tomando agua y consumiendo fruta natural. Al término de ese periodo, los extranjeros fueron estudiados y demostraron que mantenían su vigor y energía.
Tras dejar en claro que “coca no es cocaína”, el Mandatario dijo que el modelo colonial y racista impuesto históricamente ocultó el conocimiento y la sabiduría ancestral referida a la hoja de coca, que en realidad debe ser escrita correctamente con “K” es decir “koka” ya que esa letra tiene que ver con la energía espiritual y alimenticia.
En ese sentido, indicó que ahora Bolivia debe explicar al mundo las cualidades alimenticias y medicinales de la hoja sagrada, en una campaña internacional similar a lo que ocurrió con la adhesión a la “Convención Única de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961, emendada por el Protocolo de 1972” con la reserva de permitir la masticación tradicional de la hoja de coca.
“La despenalización del acullicu es un paso importante pero ahora queremos nosotros compartir, así como hemos compartido nuestra quinua (…) Tenemos que hacer conocer, hacer entender sobre las cualidades alimenticias (de la hoja de coca), hay muchos estudios de universidades, laboratorios. Podemos generar alimento suplementario. Necesitamos hacer conocer a la comunidad internacional, luego vamos a ir dando pasos poco a poco”, indicó el Vicepresidente.
“Si no conocen las cualidades alimenticias (de la coca) ¿cómo vamos a poder exportar al mundo?”, sostuvo Choquehuanca quien recordó que la hoja sagrada es parte de “nuestra whipala, nuestro ayllu” y del Qhapaj Ñan (camino o vida noble).