La dirigente de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) afín al MAS, Elena Flores, aseguró ayer que tiene el aval del presidente Luis Arce, quien -anunció- asistirá el sábado al estadio de Coripata junto a dos ministros, diputados y la defensora del Pueblo interina, Nadia Cruz, para avalar al comité electoral que convocará a nuevas elecciones internas.
“Nuestro hermano Presidente estará presente para ver la unidad del pueblo de los Yungas, también estará nuestra hermana Defensora, Nadia Cruz. También pedimos la presencia de la Corte Electoral (Tribunal Departamental Electoral); del viceministro (de la Coca) Rolando Canceno; del ministro de Desarrollo Rural, Rubén Gonzales; del ministro de Gobierno (Eduardo Del Castillo); y representantes de nuestra Asamblea Legislativa”, informó Flores.
Hizo el anuncio ayer, en conferencia de prensa, en las oficinas del Sindicato de Minibuses Señor de Mayo, en la zona Kalajahuira, donde funciona -desde marzo- el mercado paralelo de Adepcoca, controlado por el MAS. Flores indicó que en la denominada “Asamblea de unidad” los cocaleros afines al Gobierno elegirán un nuevo comité electoral para que convoquen a nuevas elecciones internas.
Desde 2018 dos grupos de cocaleros están en disputa por Adepcoca. Por un lado, los que en un inicio estaban dirigidos por Franclin Gutiérrez y ahora son representados por su presidente, Armin Lluta, y su vicepresidenta, Adela Mamani, quienes gozan de legitimidad y tienen un apoyo mayoritario en las tres provincias yungueñas de producción tradicional de coca.
En agosto de 2018, el Gobierno logró encarcelar a Gutiérrez, sindicado por una supuesta emboscada a efectivos antidrogas en La Asunta. Sin embargo, el juez Orlando Rojas, que denegó en una decena de veces su libertad, en 2019, ya en el gobierno de Jeanine Añez le concedió la salida del penal y meses después la Fiscalía desestimó los cargos por falta de pruebas.
Fue durante el encarcelamiento de Gutiérrez que el MAS logró que se conforme una dirigencia paralela y en una elección de cocaleros afines al gobierno de Evo Morales se nombró a Elena Flores como presidenta de Adepcoca. La gestión de Flores terminó hace tres meses pero, según explicó, debido a la pandemia no se pudo convocar a nuevos comicios internos en su bando.
En el proceso, Flores y la nueva dirigencia de Armin Lluta interpusieron amparos para que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) defina quién es el dirigente legal de la asociación. Luego de conocer la convocatoria de Flores y del anuncio de respaldo de Luis Arce, la vicepresidenta de Adepcoca, Adela Mamani, afirmó que esa directiva es política y que no representa a los Yungas.
“Nosotros también vamos a realizar una asamblea, en otra fecha, con los 45.000 socios. No nos importan las convocatorias políticas que realiza la señora Flores, pues ella no representa a Adepcoca. Nosotros esperaremos la decisión del Tribunal Constitucional”, sostuvo Mamani.
En paralelo a estos hechos, el lunes se conoció el informe de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas (Ondcp, por sus siglas en inglés) de EEUU, que reveló que la producción potencial de cocaína en Bolivia creció en un 44% en el período 2010-2020, debido al incremento de cultivos de coca, que según sus datos superaron las 31.000 hectáreas.
En esa línea, ayer se conoció que Morales, como presidente del MAS, convocó a los ministros Del Castillo y Gonzales a una reunión en la localidad de Lauca Ñ, en el trópico de Cochabamba, para tratar temas sobre el cultivo de coca en esa región.
“Hemos decidido que vamos a invitar, vamos a pedir una reunión al Ministro de Gobierno y sus colaboradores y al Ministro de Desarrollo Rural para tocar el tema de la coca. Será una reunión muy importante. Haremos conocer distintos temas que tienen que ver con las reivindicaciones sociales del trópico de Cochabamba”, dijo el expresidente en un mensaje que fue emitido por radio la Kawsachun Coca, según reportó El Deber.
Según el comandante general de la Policía, Jhonny Aguilera, Bolivia es un territorio de tránsito y el informe de EEUU tendría que ver con un “rebalse” de la producción de cocaína en otros países como Colombia y Perú.
PÁGINA SIETE/